Fue fundado por el patrocinio del marqués don Fernando Fajardo y de su madre, doña Mariana de Toledo. El comienzo de su construcción fue en 1651.
El convento y su iglesia, puesta bajo la advocación de San Antonio de Padua, se levantaron en una casa y en una finca que pertenece a doña María Enríquez , viuda del regidor don Bartolomé Alonso de Soto.
El edificio del convento fue remodelado profundamente en el siglo XIX, aunque la iglesia que sirvió de sepultura a los más importantes linajes nobles de Cuevas mantiene mejor sus traza barroca, caracterizada por su bóveda de medio cañón, una cúpula de media naranja y las pequeñas capillas laterales.
En 1837, a consecuencia de las leyes desamortizadoras, los frailes fueron expulsados del convento y el edificio se pone en venta, excepto la iglesia, que sigue abierta al culto hasta la Guerra Civil.
Debido a que el convento no encontró comprador la parroquia se hace cargo de él y lo utiliza como centro educativo. En 1851, el convento y la iglesia son utilizados por el obispado, que lleva a un acuerdo con el ayuntamiento, mediante el cual la propiedad es compartida,pero el obispado cede al Ayuntamiento su uso. Actualmente el convento es utilizado como escuela de música y la iglesia no se utiliza debido a su mal estado de conservación.
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